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María Ángeles Octavio y Keila Val de la Ville: Fotografía lírica de dos escritoras

Por: María Elena Lavaud.

Compartir la pasión por la escritura, vivir bajo los mismos rascacielos de New York, coincidir en un premio literario y compartir la nacionalidad venezolana, no es suficiente para aparejar a dos intelectuales que, de paso, decidieron presentar juntas sus libros de cuentos en Books & Books de Coral Gables. Tampoco lo es mencionar que ambos libros han sido reeditados recientemente por Sudaquia editores, una casa editorial independiente establecida en New  York, que se ha convertido en puente de oro para autores hispanos dispuestos a hacer el cross over. Pese a todas esas intersecciones, cada una es cada una, y tiene su manera muy distintiva de entramar su cuento: la periodista María Ángeles Octavio, a través del tercer ojo que le da el ejercicio profesional de la fotografía, y la antropóloga Keila Val de la Ville, de la mano de la prosa poética que también la distingue.

Exceso de equipaje y Ana no duerme y otros cuentos, tienen en común los patrones gráficos del diseño de portada y la franja naranja que destaca el título. De resto, una vez que se abren las páginas de cada uno, la travesía y el destino de las historias es particularmente personal y característico. Octavio desde sus personajes y tramas impúdicas y valientes, y Val de la Ville desde una memoria tan minuciosa como vehemente. Miami es la segunda ciudad de Estados Unidos donde han presentado sus libros. El debut ocurrió recientemente en la ciudad de New York.

Portada Exceso de equipaje4La tenacidad del exceso

Exceso de equipaje de María Ángeles Octavio (Ganador del concurso de Autores Inéditos Monteávila Editores 2004), así como las impactantes colecciones fotográficas que ha expuesto en varias ciudades del mundo, son una afrenta permanente. El arte de Nines ─como la llaman sus amigos y allegados─ definitivamente no es contemplativo. Es imposible permanecer estático ante sus imágenes o sus letras. El resultado de su proceso creativo explota en un arte que tienta y que reta; que pone trampas, pero que también muestra distintas salidas. Muchas veces es un autorretrato de la combustión que hace su creatividad antes de tomar forma de palabras o cobrar vida en imágenes (Mariangelesoctavio.blogspot.com).

Este Exceso de Equipaje que nos presenta en forma de libro impreso, es una suerte de bitácora de una travesía muy personal; nunca se sabe dónde ni cómo o con qué voz narrativa sorprenderá. Se trata de una autora a la que le aburre lo predecible; eso está en todos y cada uno de los cuentos, que en ocasiones parecen un reto a sí misma, o mejor aún, a lo que ha escrito en la página inmediatamente anterior.

“Siguieron en su tarea de registrar mis excesos. Abrieron las otras maletas y todas estaban vacías. Me miraron. Devolvieron sus ojos a las maletas… intentaron levantarlas para bajarlas. Les costó mucho. Lograron poner las cuatro valijas sobre el carro de metal. Se miraron. Me miraron. El mayor estiró su mano para entregarme mis documentos. El gordo tomó el mando del carrito y comenzó a empujarlo. Se despidieron de mí con parquedad. El barrigón me escoltó a la salida del aeropuerto. No dijo ni una palabra. No hacía falta. Sus ojos hablaron; no podían creer que tanto vacío pesara tanto”.  (pág. 28).

Una de las cosas que más fascina del equipaje literario que ofrece Nines con su exceso, es la facilidad para asumir, desde su feminidad, la voz narrativa masculina. Ella entrompa ese proceso que no es fácil, y lo vence a su antojo; divertida, y siempre con mucha sorna: si no en la palabra minúscula, en el sentido de lo que cuenta o de lo que describe. Sin embargo, sus cuentos son todos relatos intimistas, que provienen de su efervescente mundo femenino. Ella teje su propio laberinto donde ─a quemarropa─ invita a entrar desde la primera página.

“Allá arriba está mi alma, en la cima del acantilado. Pocos son los sonidos que alcanzan estas alturas. Abajo, el mar es un plato, no hay vientos ni brisas que esbocen pinceladas de espuma sobre las estelas de esta rasura de agua. Sólo alcanzo a escuchar un silencio cóncavo que ahoga el mínimo esfuerzo del mar por hacerse ola, y así en algún instante del espacio-tiempo de la vida, romper contra las rocas de mi acantilado”. (Pág. 153)

María Ángeles Octavio. Narradora y apasionada de la fotografía. Licenciada en Comunicación Social (UCAB). Magister en Literatura Comparada de la UCV. Ganadora de la Beca para narradores del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. Traductora simultánea en inglés, graduada de Berlitz. En 2004 ganó el concurso de autores inéditos de Monteávila Editores, mención narrativa, con su libro Exceso de Equipaje. Ha publicado sus cuentos en antologías como Las Voces secretas (Alfaguara, 2007), De la Urbe para la Orbe (Alfa Grupo Editorial, 2006), Zona Tórrida (Universidad de Carabobo, 2005), y De qué va el cuento, (Alfaguara, 2013), entre otras. Fue finalista del concurso Cuentos del Nacional 2012 con el cuento «Cuerpos Confundidos». Se ha desempeñado como creativo publicitario, promotor cultural, periodista cultural y gerente de producción y comunicaciones integradas de la Fundación para la Cultura Urbana.

Cover image: María Ángeles Octavio

Author image: María Ángeles Octavio

Portada Ana No duerme 3Historias Suspensivas.

Del “Jamming Poético” ─movimiento que fundó con mucho éxito en 2011─ a su primera novela próxima a publicarse, Keila Val de la Ville va cosiendo cuentos e hilvanando su propia hibridez; una mixtura en relatos cortos que lucen como el puente entre sus dos orillas: la poesía y la narrativa con dejos líricos. Lleva su propia bitácora en KeilaVall.com.

Ana no duerme y otros cuentos es un compendio de historias a veces sin final, y muchas veces llenas de sorpresas, como el destino de la propia Ana ─la que no duerme─ que es el segundo relato del libro, y su título también. Otras veces hay finales que no pueden adivinarse ni siquiera con la profusión de detalles entre sus párrafos. Tal vez no sean finales sino historias suspensivas, como los puntos de la ortografía; un duelo con la memoria, tema de suyo recurrente.

“El siglo se agota mientras Andrés, sentado sobre el cañón, espera un milagro. Dibuja surcos en el suelo polvoriento y los observa iluminados de manera intermitente por el reflejo de las luces rojas y blancas de neón: Los pies en la tierra jamás se sorprenden. Esa invitación y esa advertencia se ofrece en la entrada de la gran carpa, de jueves a domingo. Hoy es lunes. Andrés mira sus zapatos, la suela desgastada, la punta estrecha y arqueada hacia arriba. Las dos crestas aún rígidas, los dos cascabeles en la parte más angosta. Toma su sombrero de arlequín y lo sostiene entre sus manos. Le da vueltas como a un disco, tal vez el movimiento en el sentido adecuado es capaz de retroceder la rueda, crear el tiempo que falta”.  (Pág. 99)

En entrevista reciente para “Expedientes M”, la escritora deja claro que cada vez le interesa menos la contención. “El pensamiento no es lineal, no ocurre en compartimientos estancos; fluye en canales que se cruzan, se encuentran, se separan, y que mantienen un devenir particular. Modifica y es modificado por cada fluir, por los accidentes y las conexiones con los que esas vías se encuentran, consecuencia de la propia historia. En mi caso, al menos, no hay tanta contención entre los géneros. O no me interesa tenerla”, dijo.

En cada uno de los otros 13 cuentos que acompañan el de Ana, su manera de fluir luce directamente proporcional a su búsqueda infinita. Su pluma se deslastra sin ambages. “Quién iba a decir, decías, que El Lugar fuese tan oscuro a la mirada. En efecto. Quién podía pensar que fuera tan tenebroso y confuso. Quién podía creer que el nacimiento y el ultraje provinieran ambos del mismo hueco rancio. De esos pasillos sin ángulos rectos, de aquellas superficies lisas y brillantes. Estábamos tal vez dentro de algún cuerpo humano, llegué a temer”. (Pág. 71)

La primera edición del libro resultó finalista en el concurso de Autores Inéditos (Monteávila Editores, 2007). Antes de la reedición con Sudaquia Editores, varias de las historias fueron corregidas y ampliadas por la autora.

Keila Vall de la Ville. Escritora. Licenciada en Antropólogía (UCV), Magister en Ciencia Política, MFA en Escritura Creativa (NYU), y MA en Estudios Hispánicos (Columbia University).  Autora del libro de cuentos Ana no duerme (Monte Ávila Editores Latinoamericana 2008), finalista del concurso de Autores Inéditos Monte Ávila Editores 2007, ahora ampliado y reeditado por Sudaquia Editores (NY, 2016). Fundadora del movimiento “Jamming Poético” (2011 al presente) y co-editora de las plaquettes de diseño Mermeladas para llevar I, II y III, y de la antología 102 Poetas en Jamming (OT Editores 2014). Sus relatos han sido publicados en las antologías ¡Basta! 100 mujeres contra la violencia de género (Fundavag 2015), De qué va el cuento: Antología del relato venezolano 2000-2012 (Alfaguara 2013), y en las compilaciones de la “Semana de la Nueva Narrativa Urbana”, así como del “Concurso Nacional de Cuentos SACVEN”, y del “Premio de Cuento Policlínica Metropolitana” (Caracas). Su próxima novela se titula Los días Animales. Lleva el «blog» keilavall.com.

Cover image: Violette Bule

Author image: Violette Bule