columnas / maria de lourdes victoria

Cuento inspirado en la obra de la Teresa Margolles Sierra que retrata escenas cotidianas de la violencia en México y en muchos países del mundo.


Los sapos del manglar, cuya faena era mantener el orden de la laguna, tenían un grave problema con las mariposas. No sabían qué hacer con ellas.


¿Quién no quiere una niñera que convierte la tina en un hermoso océano lleno de delfines? Así cualquier niño se mete a bañar sin rezongar. ¿Quién no quiere una nana que nos saque a media noche a bailar con los faroleros?


Ahora por fin comprendo, a mis sesenta y tres años, que mi padre estaba equivocado cuando decía: «A la fuerza ni los zapatos entran, m’hija». Así me advertía de niña, arrullándome en la hamaca, a la sombra del framboyán, cuando caía la noche.