Columnas

5 de junio: Día del medio ambiente ¿Un pacto de responsabilidad?

Por Pilar Vélez

El 5 de junio se celebra el «Día Internacional del Medio Ambiente», por lo que esta cuarta edición de Poetas y Escritores Miami está dedicada a todas las personas que a través de la historia se han comprometido con la causa ambiental y la preservación de la vida de nuestro planeta.

#Milibrohispano1 El «Eco day», Día de la ecología o Día Internacional del Medio Ambiente, fue establecido por las Naciones Unidas en 1972 con el propósito de incentivar la creación e implementación de leyes y programas para proteger a la naturaleza. Desde entonces, el tema ecológico es parte esencial de la agenda de muchos países, los cuales a través de sus ministerios del medio ambiente se comprometen a velar por el manejo y conservación de los recursos naturales. La gestión y ética de las personas que manejan estos asuntos a nivel gubernamental es primordial, pues son ellos quienes deben defender el medio ambiente frente a los proyectos económicos que adelantan el sector público y privado en diferentes industrias, entre ellas la minería, la explotación maderera, la agricultura, el sector eléctrico, la manufactura y la construcción.

La defensa del medio ambiente no es una tarea fácil frente a obstáculos creados por la supremacía de los intereses que mueven el mundo, las necesidades humanas y la falta de conciencia sobre la fragilidad de la vida del planeta. Lo cierto es que el medio ambiente enfrenta constantes amenazas a las que hay agregar el calentamiento global y sus consecuentes cambios climáticos, más los estragos que causa el fenómeno de la superpoblación. Porque aunque nos duela aceptarlo, la especie humana ha crecido a tasas tan aceleradas que en algunas regiones el crecimiento es insostenible para el hábitat. Las basuras, por ejemplo se han convertido en una verdadera amenaza ecológica. En Honduras, por ejemplo, se estima que diariamente se producen 5 mil toneladas de basura, y «según estudios en poder del departamento de Residuos Sólidos de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente, la mayoría de los municipios del país son botaderos a cielo abierto»[1]. En México se recolectan diariamente 86 mil 343 toneladas de basura, y el 87% de los tiraderos de basura son a cielo abierto y 13% rellenos sanitarios [2]

Es decir, que como cualquier otra especie animal, demandamos un mayor número de recursos,  alimento y espacio, además de producir más residuos de lo que el hábitat o biótopo que habitamos puede soportar, y para resolver nuestras necesidades, sacrificamos el futuro de otras especies que habitan en el mismo biótopo.

Es un problema de recursos, antes que de espacio, pero no somos conscientes de la magnitud del problema ni solidarios con ser parte de la solución. Por nuestros actos se diría que existe un total desinterés para salvar la vida del planeta y que ignoramos el hecho de que por la carencia de recursos se han extinguido muchas especies. Es como si valoráramos el medio ambiente en términos de nuestra propia mortalidad o peor aún, como si se tratara de un objeto desechable. No se siente ninguna responsabilidad independientemente de clase social, edad o nivel de educación.

ErosionSe estima que en la actualidad la especie humana supera los 7.4 billones de personas y que llegará a 9 billones en 2044[3]. El efecto en el medio ambiente causado por la superpoblación seguirá escalando paralelamente a la lucha agresiva por los recursos, pues cada hábitat tiene una capacidad de recursos disponibles y una tasa de recursos renovables que demarca los limites y las cargas que puede sobrellevar. Diferentes estudios publicados, anticipan que para 2050, China dejará de ser el país más poblado de la tierra y su lugar será ocupado por la India… ¿Habrá control de la natalidad en la India para frenar su tasa de crecimiento poblacional? ¿qué sucederá entonces con las fuentes de empleo en los países en vía de desarrollo? ¿quién o qué controlará la contaminación generada por la sobrepoblación de la India y de China? ¿cómo se protegerá al medio ambiente de la súper producción y la contaminación? ¿habrá suficiente alimento? ¿serán capaces los seres humanos de remediar el daño que se ha causado?

Estas preguntas apocalípticas no son la imagen de una fotografía instantánea que devela el futuro; sino más bien un espantoso mural en el que cada ser humano ha dejado impregnado por lo menos unos cuantos brochazos. A cada segundo está cambiando nuestro planeta, aunque no lo percibamos de forma inmediata o nos sintamos ajenos y hasta inmunes a la problemática.

Infortunadamente, en muchos de nuestros países hispanos continúa la tala descontrolada de los bosques, lo que aunado a los fenómenos climáticos y al crecimiento de las ciudades, ha ocasionado que ríos y lagos desaparezcan, causando migraciones de población, muertes, enfermedades y el aumento generalizado de la miseria. La sedimentación y el envenenamiento de ríos y mares a causa de los desechos industriales y de las aguas residuales, más el uso de letales fungicidas en la agricultura son sin duda, algunos de los problemas más graves que requieren soluciones de fondo por parte de los gobiernos y acciones que deben reclamar los ciudadanos, porque sin agua no hay vida. La supervivencia de la especie debe ser primordial y para ello, nos hace falta reconocer que tenemos una obligación con las generaciones del futuro: dejarles un medio ambiente en equilibrio en el que puedan vivir. Los derechos civiles incluyen en primera instancia el derecho a la vida, tal como lo aseveró el filosofo John Locke (1632-1704), cuando conceptualizó tres derechos naturales inalienables:

1) El derecho a la vida: todas las personas tienen el derecho a vivir.

2) El derecho a la libertad: todas las personas tienen el derecho a hacer lo que quieran en tanto no entre en conflicto con el primer derecho.

3) El derecho a la propiedad: todas las personas tienen el derecho a ser propietarios de lo que crean o ganan a través de regalos o de su oficio, siempre y cuando no entre en conflicto con los dos primeros derechos. Este tercer derecho, es el que Thomas Jefferson enuncia como búsqueda de la felicidad o Pursuit of happiness y no como «propiedad» en la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos. Tres derechos que implican un gran deber a nivel individual y colectivo, pues la vida depende del respeto a la vida.

apple-2391_960_720Y aunque otras necesidades se antepongan y los seres humanos deseemos mantenernos al margen del «asunto ambiental» para que los gobiernos y otros individuos con tiempo y dinero lo resuelvan, esta indiferencia es la menos aconsejable. El «asunto ambiental» escaló a niveles muy altos desde hace varias décadas y está presente en el aire que respiramos, el agua que bebemos,  en la calidad nutricional y la salubridad de los alimentos que día a día nos llevamos a la boca. Y aunque decirlo suene burlesco, hay alimentos que matan debido a sus preservativos; pues dicho sea de paso, existen aproximadamente 14 mil compuestos químicos utilizados por la industria para lograr que los alimentos luzcan más presentables y se preserven por mayor tiempo, esto sin ahondar en los pesticidas y en el impacto de la modificación genética que se le ha practicado a las semillas. ¿Ingeriría usted una hermosa manzana, si le informan que esta lleva un año en la estantería? La situación es de tal magnitud, que algunos especialistas recomiendan que debido a los efectos nefastos que algunos preservativos causan en la salud, evitemos consumir alimentos que en su etiqueta incluyan más de cinco.[4] —En algunas etiquetas la lista de preservativos es tan larga que mezclada con los ingredientes, se pierde la certeza de lo que realmente se consume—. Este escenario, que cada vez es más frecuente, requiere que seamos nosotros, los consumidores, quienes velemos por nuestro propio organismo y nos eduquemos sobre las substancias químicas y hormonas que se utilizan en la producción de alimentos y sus posibles consecuencias en la salud. Quizás la necesidad de consumir alimentos nutritivos y saludables de origen vegetal y animal, sea el puente de enlace que sirva para crear mayor conciencia sobre la necesidad de proteger el medio ambiente, pues la producción de los alimentos está directamente connotada a la vida de nuestros ríos, fauna y flora.

Muchos de los problemas y desastres ecológicos que enfrentamos se deben al abuso de los seres humanos a la naturaleza. Vivimos en una era de ambición y consumo desquiciado que satisface los intereses económicos de las corporaciones y de los gobiernos corruptos que carecen de un compromiso con la humanidad, por lo que no reconocen que tienen el deber de preservar el medio ambiente al que tienen derecho las nuevas generaciones. El Día del Medio Ambiente es una invitación a que celebremos la vida de forma pro-activa y con verdaderos programas que involucren a las sociedades en conjunto. Necesitamos educar e incentivar a cada individuo para que coexista con la naturaleza sin destruirla antes de que el daño sea tan grave que no podamos solucionarlo. Necesitamos un despertar total, un conjunto de acciones que sumadas logren impactar la conciencia de la sociedad. Quizás uno de los cambios más sencillos que ocasionaría resultados a nivel global, sería que en vez de conmemorarse el «Día Internacional del Medio Ambiente», lo tituláramos «Día Internacional de la responsabilidad con el Medio Ambiente», este cambio semántico generaría acciones concretas y un marco global para remediar lo que como especie hemos ocasionado.  No podemos esperar a que otros hagan lo que nos corresponde a nosotros o a que sucedan los desastres para pensar en las soluciones. Disfrutemos de la naturaleza como un regalo que hay que devolver, porque las perspectivas del futuro dependen de la sabiduría con que manejemos esta relación. Hagamos un pacto de honor que convoque a la participación ciudadana a través de campañas educativas y cívicas, y la firma de peticiones dirigidas a los representantes del sector público, para que enarbolen leyes que salvaguarden los recursos naturales, aporten fondos para programas de conservación para  la fauna y la flora, la limpieza de ríos, playas y parques entre otras necesidades destinadas al uso e interés de los ciudadanos.

Si usted nunca ha celebrado esta fecha, lo invitamos a que no deje pasar otro año sin hacerlo y que haga su propio acto en pro del medio ambiente.

Medio ambiente

Referencias

[1] http://www.elheraldo.hn/pais/879499-214/cinco-mil-toneladas-de-basura-se-producen-al-d%C3%ADa

[2] http://cuentame.inegi.org.mx/territorio/ambiente/basura.aspx?tema=T

[3] http://www.pewresearch.org/fact-tank/2014/02/03/10-projections-for-the-global-population-in-2050/

[4] http://phys.org/news/2010-01-chemical-additives-food.html