Columnas Reseñas

ELICURA, el sueño azul de los pueblos originarios


Por Elgar Utreras Solano

Elicura Chihuailaf Nahuelpán, poeta, ensayista y oralitor, nace en Kechurewe, zona cordillerana de la Araucanía, en el sur de Chile, el verano de 1952. Su nombre se puede traducir del mapudungún como Piedra transparente y su apellido Neblina extendida sobre un lago. Su escritura está nutrida por el mundo de su infancia que enraizada en las costumbres del Pueblo Mapuche va descorriendo el denso velo de la indiferencia y nos hermana en la poesía, nos acerca a un modo de ser y entender la vida en comunión con la Naturaleza y los seres humanos sustentados en la palabra.

 

Escribe: “Mi gente dice que somos hijos e hijas de la Madre Tierra. Que, así como nuestra Madre vive bajo el influjo de Kvyen la Luna y Antv el Sol, que la privilegian con las denominadas Estaciones del Año, cada uno de nosotros es habitado también por todas ellas…” (Chihuailaf, 2015, p.17).  Es precisamente, este aspecto de comunión lo que caracteriza la obra del poeta, que no solo pertenece a su gente, sino que el universo también le habita y habla en sus palabras y pertenece a este. Esto solo es posible cuando entendemos que los seres humanos no transitamos un destino diferente a aquel que experimenta la Naturaleza. Esta consciencia cósmica de pertenencia a la tierra pone en la palabra de Elicura Chihuailaf lo que por edades ha sido la sabiduría de los pueblos originarios, como es el caso del pueblo Mapuche, al cual pertenece, los seres humanos somos parte de la creación y debemos cuidar de ella, porque en ella no solo nos va nuestra pervivencia, sino que también de todos los seres vivos.

Queda claro en los versos de Elicura que la poesía le llegó en su infancia a través de la relación con su comunidad. Dice en Sueño Azul:

“Hablo de la memoria de mi niñez
Y no de una sociedad idílica
Allí, me parece, aprendí
lo que era la poesía.” (Chihuailaf, 2012. S.P)

También en De sueños azules y contrasueños, en su poema Iniciación:

Mi Sueño se ha convertido
en la energía que vive y abre
las puertas de mi alma
Su aire estas palabras
El Azul que su canto sostiene.”

 

En contraste con la visión actual que impera en el  mundo que ve en la Naturaleza una oportunidad de explotación, de sacar provecho, monetizar las fuerzas vitales del universo, reducirlo a sus términos minimizando el valor de la vida; En la poesía y obra de Elicura Chihuailaf impregnada de la sabiduría proveniente del Pueblo Mapuche, la armonía y el equilibrio se establece en una relación de pares, donde los seres humanos son semejantes a las piedras, a los árboles, a los animales  donde la convivencia es posible a través del respeto y el amor, en actos de ternura, que también consideran al otro como semejante. En otras palabras, hay una horizontalidad, una fraternidad con y en el universo, donde nadie está de más ni es menos, lo que nos recuerda a aquella frase talmúdica, sabiduría también milenaria, cuando dice: todo ser humano es un mundo.

 

Ñi pewma mew vlkantunmu ti puel mapu witrunko

Choñv kachuwvn
gvnetulmekefiel ti mawvn
ka pvrvm wamfiñ ti pvlef
chi mawvn
witrulu lelfvn mew

Gvforechi mu ti mawvn!
allkvtuwvn, puru purugen
ti rayen mu

Nepeli fey ayiwkvlen witrañ
pvramuwan
nvwkvlean feyti kvme nvmvn
lafanza rayen mu.

 
 
Cuando en mis sueños cantan las aguas del este

Marchito pasto soy
haciendo señales
a la lluvia
mas luego siento
las primeras gotas
que caen sobre el campo

¡Que me moje esta agua!
me oigo decir, bailando
entre las flores

Al despertar me elevaré
emocionado
sosteniéndome en el aroma
de una lavanda.

De su libro, De sueños azules y contrasueños. 2010

 

Tvfaci mapu mew mogeley wagbeN

Tvfaci mapu mew mogeley wagvben
Tvfaci kajfv wenu mew vlkantuley
ta ko pu rakiduwam

Doy fvta ka mapu tañi mvlen ta komv
xipalu ko mew ka pvjv mew
pewmakeiñmu tayiñ pu fvcakece yem
Apon kvyeh fey tañi am -pigekey
Ni hegvmkvleci piwke fewvla ñvkvfvy.

 

En este suelo habitan las estrellas

En este suelo habitan las estrellas
En este cielo canta el agua
de la imaginación

Más allá de las nubes que surgen
de estas aguas y estos suelos
nos sueñan los antepasados

Su espíritu -dicen- es la luna llena

El silencio su corazón que late.

 

De su libro, El invierno su imagen y otros poemas azules, 1991.

 

Piedra

Las piedras tienen espíritu
dice nuestra Gente
por eso no hay que olvidarse
de Conversar con ellas

Hay piedras positivas
que las Machi / los Machi ponen
-para que dancen-
en sus Kultrun

Y hay piedras negativas
que brillan como vidrios
y sólo dan sombras de luz.

De su libro, Sueños de Luna Azul, 2008

 

“Los Sueños anuncian el futuro y tenemos la posibilidad de vislumbrar su mensaje porque también la totalidad del tiempo nos habita…” (Chihuailaf, 2015, p.209) Por otra parte, la visión del tiempo toma distancia de aquella noción que hemos generado en nuestras relaciones donde afirmamos que “el tiempo es oro” tan propia de nuestras ambiciones y codicias, donde las vidas se consumen en el consumo (en palabras del pensador chileno Tomás Moulian), o donde “hay que ganar tiempo” porque todo es una carrera, una competencia, donde lo importante es ganar sin importar a quien dejemos atrás. Sin embargo, en la cosmovisión mapuche que nutre el pensamiento de Elicura, este se presenta habitándonos, es decir esa temporalidad lineal desaparece, porque habitan el instante, el futuro se torna un ahora, así también el pasado, por lo que todo vive en ese momento, un instante de fraternidad con el otro y el universo que habita en todos.

 

El tiempo que sueña, que nos soñamos que nos sueña

La Palabra surge de la Naturaleza
y retorna al inconmensurable Azul
desde donde nos alegra y nos consuela
Cuando la Palabra cree / imagina
interrogarse
no es sino lo innombrado que la interroga
para sacudirla
para desempolvarla, para intentar

devolverle su brillo original

¿Para qué entonces el deseo
de decirlo todo
si, como en un tejido, el Ahora
-en el tiempo circular-
existe y se completa
con las hebras del ayer
y del mañana?

Así nos dice el tiempo que sueña
que nos sueña. Que soñamos.

De su libro, Sueños de Luna Azul, 2008

El año 2020, Elicura Chihuailaf recibió el más alto reconocimiento que Chile brinda a los escritores del país. El Premio Nacional de Literatura representa, en este caso, un principio en la causa de dar una justa valoración a la diversidad lingüística y cultural que se presenta en la convivencia diaria dentro del mestizaje que nos caracteriza y la existencia milenaria de los pueblos originarios y que por siglos ha sido opacada por la injusticia y la imposición de una forma de entender la vida y el quehacer cultural que ha visto con más agrado la colonización europea del pensamiento que evidenciar en sí mismos la presencia cultural de sociedades originarias en las raíces precolombinas  vigentes en nuestro diario vivir.

La voz poética, profunda y ancestral de Elicura Chihuailaf, es la posibilidad de un diálogo con el tiempo que nos habita, con aquellas lenguas vivas que nutren nuestra conversación desde antaño, con los modos culturales que por siglos han sido marginados y que en su poesía y reflexión se reivindican en la palabra y la acción de la ternura. Por esta razón, no está demás esperar que el reconocimiento que Chile ha realizado en pos de la valoración de su obra, que hunde sus raíces en los tiempos “antes de la peluca y la casaca…” en palabras de Neruda, reciba de parte del mundo el galardón más alto de la Literatura, dada su contribución a las Letras y a la posibilidad de realizar del sueño de crear una sociedad justa y consciente de su pertenencia al universo y a los ancestros que nos acompañan en este viaje vital.

 

Referencia:

Chihuailaf, Elicura. (2015) La Vida es una nube azul. Temuco. Universidad de la Frontera.
Chihuailaf, Elicura. (2012) Sueño Azul. Santiago. Pehuén.
Chihuailaf, Elicura. (1991) El invierno su imagen y otros poemas azules.  Editorial Lar.
Chihuailaf, Elicura. (2010) De sueños azules y contrasueños. Santiago. Editorial Universitaria.
Neruda, Pablo. “Canto General. Amo América”. Udechile.cl 01/08/2021.  https://www.neruda.uchile.cl/obra/obracantogeneral1.html