Entrevista a la académica y escritora Diana de la Fuente: Sergio Hernández siempre me decía «escribir para niños no es una tarea fácil»
Por Ernesto González Barnert para la Fundación Pablo Neruda
La poesía de Diana –contenida en “A divina”, nos invita a no perder de vista las cimientes de toda la literatura universal, que son el juego, el placer y la educación. Y que la literatura, tiene siempre el corazón de un niño o niña. Me cautivo con ese juego tan rico en matices, ancestral, profundo como es la poesía y la adivinanza a merced de la enseñanza del lenguaje donde importa tanto lo que se dice, como lo que no, para atisbar el sentido puente de la comunicación. Una clave para después sobrellevar, sortear, nuestra vida en comunidad, corresponder a la existencia con lo de juego breve y sustancial que conlleva para atizar la profundidad del fuego que llevamos generación en generación desde miles de años donde bregamos por entendernos y fraternizar para sobrevivir.
Diana, es Académica y Coordinadora del Centro de Observación y Aplicación de Educación Básica (COAEB) de la Facultad de Educación de la Universidad Adventista Chile. Poeta y directora de contenidos del Centro Cultural Virtual Radio y TV Contexto Ñuble. Miembro del Comité del Plan Regional de Lectura de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Ñuble y miembro honorario de Hispanic Heritage Literature Organization ~ Milibrohispano. Es la primera escritora que participa de “Diálogos en Movimiento Virtual, 2020” metodología de enseñanza aprendizaje de la literatura que promueve el Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, experiencia con alcance internacional de alto impacto que abrió la puerta a los encuentros virtuales y fue piloto para seguir con las acciones del Plan Nacional de Lectura en tiempos de Pandemia. Fue Presidenta del Grupo Literario Ñuble 2015-2016. En su periodo desarrolló diversas actividades para fomentar la lectura y vincular a los establecimientos educacionales con los escritores. Entre ellas presidió la organización de Chillán Poesía 2016, festival que es considerado el más importante de Chille. Obtiene la Beca de Creación Literaria (2017) del Fondo Nacional del Libro y la Lectura del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes para publicar el libro infantil, titulado A divina, con el que promueve la “Literatura viva”. Libro que ha sido presentado en diversos espacios educativos como el Centro de Estudio Pedagógicos CPEIP, Universidad de Belgrado en Serbia, Universidad de la Patagonia Argentina, Universidad Católica en “Chile mira a sus poetas”, Universidad Adventista de Chile, en Bibliotecas, establecimientos educacionales y en programas virtuales nacionales e internacionales. Como editora de Ortiga Ediciones, prologó los libros “Registro” y “Adivinanzas, un libro para niños” del gran poeta de Chillán, Sergio Hernández, los que ha expuesto en diferentes ferias del libro de Chile y de la Patagonia Argentina. Su trabajo académico busca rescatar y promover las voces literarias de las mujeres de nuestro territorio, generando así propuestas didácticas con las figuras universales de Violeta Parra, Gabriela Mistral y Marta Brunet. Presentando “Décimas de Violeta Parra, una propuesta de intervención en el aula” en el XIII Simposio Internacional de la Sociedad Española de la Didáctica de la Lengua y la Literatura en la Universidad de Belgrado, Serbia.
–¿Cómo fue el proceso creativo de los textos de tu libro “A divina…”, volumen poético que trabaja con la adivinanza y la poesía, apuntando a un público infantil? Y de qué manera ese trabajo poético fluyó con el trabajo ilustrativo de Soledad Escobar?
–“A divina” inició un día con el canto de los gallos, lo que llevó al juego de los sonidos de las palabras y sus imágenes. Ese día a la primera hora de la mañana fue lanzado el primer desafío, y el desayuno estuvo cargado de risas, porque esa adivinanza llevó al recuerdo de todas aquellas que aprendimos en la infancia, así con los días surgieron nuevos acertijos. Pero, ese primer intento no fue un trabajo al azar, el poeta Sergio Hernández fue mi maestro, con él aprendí de su arte, la escritura de adivinanzas. Fui la co-ejecutora del proyecto de reedición de su libro “Adivinanzas, un libro para niños”, estuve a su lado mientras revisaba sus textos y fui testigo de su proceso de reescritura. Dialogamos acerca de la composición de los versos y de la sutileza de las metáforas, sobre todo siempre me decía “escribir para niños no es una tarea fácil”. Sin duda, fue mi mejor escuela. Actualmente siento una gran responsabilidad al mantener viva la tradición del maestro Hernández.
Cuando surgió la idea de crear el libro, envié mis primeros bosquejos a concurso y obtuve la Beca Literaria del Fondo Nacional del Libro y la Lectura. Luego, bajo el sello Ortiga Ediciones, de los poetas Hugo Quintana y Elgar Utreras, se da forma al libro. Patricio Contreras, diseñador de Ortiga, sugirió el trabajo de la ilustradora Soledad Escobar, quien rápidamente se dejó llevar por su vuelo creativo, el que fluyó naturalmente, entregándole color y belleza al proyecto. Ella utilizó una técnica mixta (analógica+digital) para tapizar los dibujos con diversos colores y texturas, cada ilustración fue dirigida al público infantil, representando la respuesta de las adivinanzas. El resultado nos encantó. Y creo que sigue encantando a sus lectores. En la actualidad, “A divina” se encuentra bajo el sello Snow Fountain Press, con quien inició su viaje a nuevos lugares de latinoamérica. Sé que ahora se encuentra en toda la Gobernación de Tolima, Colombia.
–¿Qué poetas, escritores, te son esenciales como autora?
–Debo comenzar por Violeta Parra, es la artista que me marcó desde la infancia. Crecí en San Gregorio, un pueblo de Ñuble, en donde el folclor brota de manera natural, no se enseña, se vive, por lo que Violeta siempre ha estado en cada encuentro, con y sin guitarra, afuera y dentro del aula, en cada conversación y en cada melodía.
En segundo lugar, Gabriela Mistral, porque fue un descubrimiento en mi camino, fue un despertar poético que me llenó de asombro. Siempre estuvo presente en la escuela, pero trato de entender por qué no se transmitió su poesía. En la actualidad, Mistral es mi maestra, me envuelve con su ternura, belleza y mística. A su vez, es mi gran referente en la docencia, trato de imaginarla en el aula y juego a desarrollar sus metodologías con mis estudiantes.
Gabriela y Violeta son mis dos grandes esenciales, porque comparten en común su amor por el prójimo, los pueblos originarios, su preocupación por la infancia, su alta conciencia social, las dos son grandes maestras con y sin la academia. Las siento tan cercanas incluso al nombrarlas, muchas veces las nombro a las dos cuando solo quería referirme a una. Porque son nuestras más grandes poetas, mujeres visionarias que siguen vigentes con una fuerza inexplicable.
Sergio Hernández sigue en mi lista, su maestría se revela en estos versos: “Es bueno ser planta o árbol, porque de ellos será el reino de los cielos”, capaz de elevarnos a lo más alto gracias a su sencillez y sabiduría. El poeta Pablo Neruda escribió de la poesía de Sergio Hernández “es canto que corre, cristal que canta”, Si Neruda puso su ojos en él, es claro que influyó en toda una generación de poetas de Chillán, bautizados por Sergio Hernández como los poetansios.
Mi lista de imprescindibles continúa con las voces de las poetas chilenas actuales: Elvira Hernández, Lila Calderón, Teresa Calderón, Margarita Bustos, Daniela Catrileo, María José Ferrada, Soledad Fariña y Juany Rojas. Los poetas del sur de Chile: mi amado Elgar Utreras, Hugo Quintana y Marcelo Velmar. Los Poetas maestros: Vicente Huidobro, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, y Elicura Chihuailaf. Y finalmente, poetas del patrimonio mundial: Pablo Neruda, Alfonsina Storni, Juan Ramón Jiménez, Gili Haimovich, Cesar Vallejo, Sor Juana Inés de la Cruz.
–Estás muy ligada al tema educativo, cómo visualizas una mayor integración de la poesía, un rol más activo de la escritura y escritores, en la educación y humanidades?
–El espacio educativo es creado y guiado por la visión docente, es por eso que nuestros intereses, deseos e ideales siempre van a estar insertos en la enseñanza. Para mí es natural integrar la poesía en el aula, porque habitualmente leo poesía y disfruto del ejercicio escritural. Cecilia Beuchat es una maravillosa docente y escritora que describe su importancia, por este motivo en su libro Escuchar, leer y escribir poesía con niños, sostiene que “un encuentro placentero con la poesía ofrece a los alumnos una extraordinaria posibilidad para transformarse en lectores, y acrecienta su gusto por la lectura y la literatura”. Claves que comparto con mis estudiantes, que serán la nueva generación de docentes que replicarán nuevos enfoques para disfrutar la poesía con los niños. A mí me encanta la propuesta de Federico Altamirano quien declara que la literatura no se enseña, se contagia, por esta razón para mí es fundamental la aplicación de metodologías que despierten el primer placer, el que se encuentra en un plano afectivo, de manera que el lector-estudiante descubre la poesía desde el disfrute sin la presión de comprender el texto, esa es la base para los planos siguientes y cuando se consigue se puede dirigir la búsqueda a otros placeres, como el cognitivo, con el objetivo de desarrollar el proceso de comprensión e interpretación de los significados, es decir, entender el porqué se disfrutó. Para continuar con el placer creativo para dejarse llevar por la escritura. Cuando los estudiantes entienden este proceso se abren a un mundo lleno de posibilidades, la poesía se vuelve cercana y necesaria. Y los jóvenes lectores quieren conocer a los autores, es así que se hace vital el diálogo real y directo que otorga nuevas oportunidades para enriquecer la lectura, ya que muchas veces los lectores realizan conexiones que el escritor desea escuchar y solo a través de un encuentro se pueden manifestar todo tipo de revelaciones. A esta metodología la titulamos “Literatura viva” la que trabajo en conjunto con el poeta y profesor Elgar Utreras en la Universidad Adventista de Chile. Y así como esta existen experiencias pedagógicas similares que pueden variar en sus títulos, autores, contextos y estrategias, pero comparten elementos en común que son fundamentales, el encuentro del autor, el lector y el libro en un espacio auténtico. Así puedo mencionar metodologías exitosas como “Diálogos en Movimiento” del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, “Chillán Poesía” del Grupo Literario Ñuble, los talleres de poesía para niños que dirige el poeta Oscar Saavedra y finalmente “Educación Poética”, concepto que han utilizado diversas organizaciones de Latinoamérica para llevar la poesía y a sus creadores a los establecimientos educativos y que en Chile se organiza junto con los Festivales Internacionales del Bío-Bío. Todas estas metodologías fomentan el placer, la reflexión y la creación literaria, entregando herramientas para acercar a los jóvenes a la literatura junto con sus autores.
–Me gustaría conocer tu relación con el corpus poético nerudiano, en especial, con un libro como el “Libro de las Preguntas”, un libro que abre muchas puertas en el camino lector en los niños y jóvenes.
–Neruda llegó a mi adolescencia gracias al disco Alturas de Machu Picchu de los Jaivas, la fusión de su letra y música marcaron mi corpus poético y musical, es una obra maestra que necesariamente requiere que todos nuestros sentidos estén abiertos a la escucha contemplativa y valorativa. No por casualidad fue considerado uno de los veinte mejores discos del mundo de Folclor Progresivo. Desde entonces, comprendí la voz latinoamericana de Pablo Neruda quien desde aquellas ruinas majestuosas, se encontró junto con los ancestros, halló un mundo al que perteneció, al que también pertenecemos y nos convoca a descubrir.
Como su obra reúne todas las voces de la poesía moderna, lo he leído de acuerdo a mi etapa de búsqueda, pasé por la del romanticismo, la de denuncia y la latinoamericana, ahora estoy en la etapa lúdica y alegre en la que se encuentra el libro de las Odas y el Libro de las Preguntas, este último es una hermosa invitación para despertar la curiosidad. Ideal para contagiar a los niños su gracia e ingenio, así el poeta consulta: “¿Cuántas preguntas tiene un gato?” quizás la respuesta no es una cifra, todo depende de la creatividad del lector, pero lo trascendental será que esa pregunta induzca a nuevas preguntas que guíen a la exploración, la contemplación y el asombro.
Todavía me queda por profundizar y disfrutar la obra del maestro, mi desafío es leer sus obras completas.
–Cuál es tu mirada de la escena literaria chillaneja, sus autores… así también del panorama cultural de una ciudad marcada por grandes como Violeta y Nicanor, Claudio Arrau, Marta Brunet o Gonzalo Rojas, entre tantos más?
Esta tierra tiene grandes cultores, Ñuble es cuna de artistas embajadores del arte en Chile y el Mundo, que en sus obras grabaron con la fuerza del terruño y dejaron para siempre a Chillán como una marca de poesía, así como Violeta Parra canta “yo soy a la chillaneja si tengo que decir algo”, Sergio Hernández confiesa “Me persigue Chillán por todas partes”, Nicanor Parra declara “Chillán existe como una rosa blanca, sobre mi corazón húmedo y sin palabras” y Gonzalo Rojas quien respira y observa “Véolo desde ahora hasta más nunca así al Torreón/-Chillán de Chile arriba- del Renegado”. Los poetas mayores nos enseñan el amor a la tierra, a ser conocedores y promotores de lo nuestro. San Gregorio es mi pueblo amado, pero Chillán, me acogió y me ha refugiado, así como a muchos jóvenes, en la poesía.
En la actualidad el panorama cultural poético de Chillán brota en diversas vertientes que buscan dejar el registro escritural de la Región. Mi revisión integra a las organizaciones e instituciones activas que constantemente integran a la comunidad.
En primer lugar quiero comenzar con el Grupo Literario Ñuble (GLÑ) que está en la escena cultural desde el año 1963 y sigue vigente retomando sus fuerzas en cada “Chillán Poesía” que ha sido declarado el mejor Festival de poesía de Chile, cada versión es intensa de principio a fin, yo quedé marcada por los Chillanes Poesía de 2014, 2015 y 2016. Este año, será presidido por Patricio Contreras quien nos tiene expectantes a todos quienes añoramos el encuentro vivo con la palabra.
En segundo lugar, la Casa del Poeta Gonzalo Rojas, que nos abrió sus puertas con mi querido “Panchito”, Francisco Hevia, secretario del Poeta, quien permitió dar cobijo poético al GLÑ desde el año 2014. En la actualidad, Laura Daza realiza una gestión impecable, convocando a los jóvenes y también a destacados poetas nacionales e internacionales para acercarlos a la comunidad en la fraternidad de la poesía. Recientemente, la Casa del poeta organizó una velada en conjunto con la Embajada de Israel y los Festivales del Bío Bío con la figura de la destacada poeta israelí Gili Haimovich, quien emocionó al auditorio con su poesía en hebreo, no puedo dejar de mencionar que tuve el honor de leer sus textos en español, todavía me conmuevo.
En tercer lugar, la colectiva Mujeres Peligrosas a cargo de Michelle Contreras, que desde el año 2018 busca dar visibilidad a escritoras y artistas de la Región. Sin duda, la escritora Úrsula Villavicencio marcó en las jóvenes mentes su registro escritural, a quien desde su partida al Plano Superior, le han rendido diversos homenajes póstumos.
En cuarto lugar, quiero mencionar a la Biblioteca Municipal de Chillán como modelo de espacio cultural, pues acoge a grupos literarios y a los artistas de la ciudad. Es un lugar abierto a la comunidad que organiza habitualmente encuentros, presentaciones de libros y charlas de literatura. Por ello, siempre los escritores locales, regionales y nacionales son sus invitados habituales. Humberto Torres, su director, con el apoyo de Miguel Arenas, experto en proyectos, hace más de diez años que levantan actividades para beneficiar a todos quienes se acerquen a sus dependencias por el amor a la literatura.
En quinto lugar, participan las editoriales de Ñuble que nos regalan el objeto de culto, el libro. Ediciones UBB desde 1998, divulga la académica y cultural de la región en su catálogo se encuentra la obra de Juan Gabriel Araya. Destaco la estética de Ortiga Ediciones, que también rescató la voz del poeta Sergio Hernández, presentando su candidatura al Premio Nacional de Literatura. Asimismo, las editoriales independientes Chilco, Pueblo Chico, Poetansia editores y Jinete Azul presentan diferentes propuestas, sin embargo. comparten el objetivo de dejar registro de los cultores de nuestra Región.
El proyecto Radio TV virtual Contexto Ñuble, fundado por Elgar Utreras, mi compañero de vida, ha brindado un espacio para difundir el quehacer cultural de la Región hacia el mundo, recibiendo diversas colaboraciones de jóvenes artistas, poetas, músicos, y artistas visuales de Chile y el extranjero. A su vez realiza un trabajo en conjunto con la organización Hispanic Heritage Literature Organization/Milibrohispano, presidido por la escritora colombiana Pilar Vélez, para transmitir en vivo el Summer Book Fear, las Ferias del Libro de Miami y el Festival de poesía ecológica de Galápagos, además de las tertulias de la Feria internacional del libro en Chile.
Finalmente, desde mi quehacer docente y literario, tengo que nombrar al Centro de Observación y Aplicación de Educación Básica (COAEB) de la Universidad Adventista de Chile que desde el año 2019 coordina acciones de fomento lector para la comunidad interna y externa, en las que sus estudiantes y docentes realizan diversas intervenciones dentro y fuera de la Universidad. Realizando una gran apuesta a la descentralización de la Región, su vínculo con la Biblioteca Municipal de Bulnes, ha permitido coordinar la visita de escritores a su comuna. El pasado 26 de abril, el poeta y Premio Nacional de Literatura Elicura Chihuailaf visitó por primera vez su espacio cultural, colmando de ternura a estudiantes, docentes, adultos mayores y artistas de la zona en una jornada cargada de poesía.
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Agradecemos a la Fundación Pablo Neruda y a Ernesto González Barnert.
Entrevista, originalmente publicada en https://cultura.fundacionneruda.org