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La independencia en la escritura

 

La independencia en la escritura

Gabriela Testini

Julio es el mes de la independencia en el país que me vio nacer y crecer, Argentina, y en el país en el cual resido desde hace más de ocho años, Estados Unidos. Qué mejor excusa, que usar esta coincidencia para hablar acerca de la independencia en la escritura.

Empecemos por el principio, según la RAE, la definición de independencia tiene tres significados posibles:

  1. Cualidad o condición de independiente.
  2. Libertad, especialmente la de un estado que no es tributario ni depende de otro.
  3. Entereza, firmeza de carácter.

Si bien la definición que se aplica a un estado es, sin lugar a duda, la segunda; cuando hablamos de escribir de manera independiente, se podría asegurar que las tres acepciones forman parte de una única definición. Un escritor debería poder ser lo suficientemente independiente para poder expresar con libertad sus ideas, emociones y perspectivas a través de su obra. Esta independencia es lo que le garantiza no verse limitado por censuras, influencias externas o restricciones impuestas. Ahora, esta cualidad imprescindible a la hora de escribir, ¿es real?

Si repasamos un poco la historia reciente (por no irnos muy lejos en el tiempo), tanto de Argentina, como de Estados Unidos, podemos ver que la independencia al escribir existe, pero en muchas ocasiones, entre comillas.

En el caso de Argentina, este país tiene una democracia aún muy joven, nacida recién en 1983 con la presidencia de Raúl Alfonsín. Anteriormente, aunque ha pasado por períodos democráticos, la interrupción de dichos mandatos por gobiernos totalitarios generó que muchos escritores fueran detenidos, se hayan tenido que exiliar y, en los casos más extremos, hayan terminado desaparecidos.

De la mano de los procesos autoritarios, se prohibieron numerosos libros y publicaciones, y se instauró un clima de miedo y autocensura tanto en la comunidad literaria como en el ámbito artístico en general. La autocensura estuvo profundamente arraigada debido al temor de los escritores y artistas, quienes no se atrevían a abordar temas considerados sensibles ni a cuestionar el statu quo, ya que aquellos que lo habían hecho previamente habían sido perseguidos y sus obras silenciadas.

Uno de los ejemplos más emblemáticos de censura en Argentina fue el del escritor y periodista Rodolfo Walsh, asesinado por la dictadura militar en 1977. Walsh, en un acto de resistencia y denuncia, escribió Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar, publicación que le costó la vida. El caso de Argentina no es único en Latinoamérica, muy por el contrario, en muchos países latinos la censura ha sido y, en algunos casos, sigue siendo moneda corriente hoy en día.

En Estados Unidos, país democrático desde la presidencia de George Washington en 1789, los escritores se enfrentan a otro tipo de amenazas que les hacen cuestionar su independencia al escribir. Los casos de censura en el país del norte históricamente provinieron tanto de entidades gubernamentales, como no asociadas al gobierno, y dieron como resultado la prohibición o supresión de distintos textos por considerarlos: obscenos, inmorales, amorales o políticamente incorrectos.

Entre los textos censurados más emblemáticos en Estados Unidos encontramos los clásicos: Ulises de James Joyce, Matar a un Ruiseñor de Harper Lee, El guardián entre el centeno de J.D. Salinger y Las aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain. Además de los clásicos, hoy están cuestionadas también en los Estados Unidos las obras de Jodi Picoult, James Patterson, y la saga Harry Potter, de J. K. Rowling, entre otros.

Si bien en los Estados Unidos las represiones apuntan directamente hacia los libros, dejando a salvaguarda la integridad física de los autores, la censura sigue siendo radical. Promovida por grupos nacionales, algunos llamados conservadores y otros progresistas, se han llevado a cabo distintas estrategias de cancelación. En Nashville, por ejemplo, se quemaron ejemplares de los libros de Rowling en 2022, por considerarlos promotores del ocultismo. Otro ejemplo son los textos de Jodi Picoult que, pensados para adultos jóvenes, fueron retirados del distrito escolar de Florida, por tratar temas como el aborto, el suicidio y la homosexualidad.

Los casos en América no están aislados del resto del mundo. Poco tiempo atrás salió a la luz la controversial reedición que se hizo de los textos de Roal Darhl. En este caso, la editorial británica tomó la decisión de cambiar algunas palabras en las distintas obras de Darhl, para adecuar los textos al público moderno. Este cambio efectuado por Puffin Books fue tomado por muchos autores como una forma de censura, ya que cambia la esencia de los textos y el espíritu del juego gramatical literario del autor. Despojar a los textos de determinadas palabras/expresiones que usa Darhl: fea, extraña, loco, desquiciado, noquearla al piso, blanca como una sábana, entre otras, es una forma de cambiar el espíritu de los textos.

Tomando en cuenta que ninguna publicación es ingenua y que ningún contexto es el ideal para publicar un texto con independencia. ¿Puede un autor escribir de manera independiente?

Sí, un autor puede escribir con independencia siempre y cuando respete el estilo y género que le inspiren, sin preocuparse por complacer a otros o seguir tendencias populares. Para lograr esto es importante que el escritor tenga plena confianza en su propio talento, así como en su voz creativa. Otro punto que debe tener en cuenta es su objetivo de escritura. Una meta clara hace que el autor pueda enfocarse en explorar los temas de su interés, incluso si éstos van en contra de las expectativas convencionales.

Sin embargo, la independencia del escritor no significa aislarse por completo y escribir proclamas para enardecer las posturas de censura sin motivo. Escribir con independencia conlleva responsabilidad, coherencia y respeto. A este respecto es beneficioso interactuar con otros escritores, participar en talleres o grupos de escritura, e incluso recibir retroalimentación de editores o lectores de confianza. La clave radica en respetar la integridad creativa tomando en consideración la opinión ajena, sin que esta afecte el objetivo literario y la esencia de la obra.

En otras palabras, la independencia en la escritura se da cuando el autor es fiel a sí mismo y confía en que, su propio juicio y visión creativa, le permitirán expresarse de forma auténtica y original.

Gabriela Testini
Nació el 24 de mayo de 1980 en CABA (Bs. As.) Es Lic. en Cs. de la Comunicación (UBA). En sus inicios trabajó en empresas, para después continuar de manera independiente. En 2015 se mudó a Houston (E.E.U.U.) con su marido e hijos. A partir de entonces comenzó su formación en escritura narrativa.
En 2021 publicó su primera novela Online, en español. Actualmente acaba de publicar su versión en inglés y está por terminar la edición de un libro de cuentos para adultos, así como trabajando en su próxima novela del género: autoficción y brindando clases de escritura, así como clínicas narrativas.

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