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La Navidad y los libros

Portada del libro Platero y YoPor Oscar Montoto Mayor

Algo raro a mi edad, pero recuerdo que el primer libro que me regalaron “los Reyes” fue Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez y que aún conservo. Esto último sí que no es raro, pues hasta soldaditos para jugar, más de mil, logré conservar hasta no hace muchos años. En el caso de libros, mi hermano y yo heredamos el ser lectores “empedernidos” como mi madre, quien conservaba una colección enorme de las novelas de Corín Tellado junto a las revistas en que leía a Carpentier y otros de los importantes escritores latinoamericanos. En eso de leer desde bien chicos, conservo en la (poca) memoria a los hermanos mellizos Lobaina, Manolito Mulet, Emilín Columbié, Martica Delfín, José Raúl Castillo, Armadito Rivas; tambien a Liliana López, la principiante como poeta Liana López, María Antonia Proenza y algunos más. Los libros que nos pasábamos de mano en mano, casi todos como regalos de las navidades, junto a los demás juguetes, confieso, no eran más importantes que los últimos, pues cuando mi hermano y yo descubrimos las bici, o las escopetas de peerles y municiones, es imposible olvidar. Pero los libros, gracias a ellos, y a mi madre por habernos inducido inteligente y sutilmente esa adicción, hoy podemos decir que sin ser homólogos de Julio Verne, hemos visitado la Luna, viajamos al centro de la Tierra. Y con Dumas anduvimos juntos a Los Tres Mosqueteros luego de batallas con Sandokan, el Tigre de Malasia.

Ahora, para estas navidades, estamos rastreando entre  mis libros, donde La Edad de Oro, del Apóstol cubano, sigue a nuestro lado luego que mis hijas y sus hijas después, lo disfrutaran una y otra vez, para comprarles ahora otra joya de la literatura, sea cual sea el autor, pero que eduque, que sirva para su formación social y espiritual, amando su idioma de origen, el Español.

Gracias, libros. Feliz Navidad. Feliz Año Nuevo.