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Navidades australes

La festividad se empieza a sentir en los centros comerciales, dónde el aire acondicionado nos hace más fácil meternos en la blanca Navidad de las decoraciones en las vidrieras. Pero también está en las calles, dónde el ritmo frenético de diciembre se choca con las altas temperaturas de un verano húmedo y caluroso. En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos todos corriendo para comprar ese regalo que nos falta, ese vino que habíamos prometido o las anchoas para el vitello tonnato.

Los canales se llenan de películas sobre navidades nevadas que miramos en el comedor bajo el aire caliente del ventilador de techo. Los más chicos empiezan las vacaciones esperando con ansiedad los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos, los chicos más grandes planean vacaciones con amigos y los adultos se alegran cuando el 24 y el 31 cae viernes o lunes y les da un día más de fin de semana.

La familia discute sobre quién pone la casa y todos, aquellos que siempre se reúnen y aquellos que siempre faltan, se juntan en noche buena, en Navidad, en noche vieja y en año nuevo. Las cuatro reuniones obligatorias son una celebración en donde la comida abunda en cantidades y calorías. Con un pasado con orígenes europeos, la mesa se llena de pastas rellenas, carnes ensalzadas, arroces condimentados y lechones asados. Aunque también hay quienes optan por un menú más criollo y sirven empanadas, carne de vaca a la parrilla o corderito al asador.

Las reuniones empiezan tarde, entre las nueve y las diez de la noche, para que la medianoche los encuentre listos para el brindis y el dulce. Volviendo otra vez a las tradiciones del norte europeo la mesa se llena de pan dulce, fruta seca, chocolates y turrones que se disponen cortados en platitos a merced de la temperatura ambiente.

Con las cero horas se levantan las copas, se dicen los buenos deseos y se sale a ver los fuegos artificiales que pueblan los cielos de la ciudad de Buenos Aires. En la noche del 24, en las casas de los pequeños creyentes esa es la oportunidad para que Papá Noel deje los regalos abajo del árbol o aparezca saludando en la terraza. Pasados los fuegos se abren paquetes, los adolescentes se juntan con amigos y los grandes se despiden hasta el mediodía siguiente, cuando vuelven a poner la mesa con las sobras de la noche anterior más el menú del día.

Diciembre en Buenos Aires es así, un mes en el cual se canta:

Oh, jingle bells, jingle bells. Jingle all the way. Oh, what fun it is to ride. In a one horse open sleigh”, con una mínima de 40° Celsius a la sombra.

Garbiela Testini
Autora de la novela Online

Crédito de la fotografía: Licencia Imagen de <a href=»https://www.freepik.es/foto-gratis/alto-angulo-fiesta-navidena-comida-deliciosa_10525578.htm#query=christmas%20feast&position=1&from_view=search&track=sph