Columnas Primera Plana

“Nos propusimos convertir la Feria Internacional del Libro de Cali en la mejor feria del continente”

UNA CITA CON FERMINA

PAOLA GUEVARA, periodista, editora, escritora y promotora cultural.

Por Fermina Ponce

 

“Nos propusimos convertir la Feria Internacional del Libro de Cali en la mejor feria del continente”

—Paola, mil gracias por estar con nosotros para la revista Poetas & Escritores de Miami, una publicación de Hispanic Heritage Literature Organization ~ Milibrohispano. Cuéntanos, ¿es cierto que el ritmo de la salsa nace con las caleñas?

Y el ritmo del rock, del jazz, del fado, de la bossa nova, de las baladas italianas de los años 70, del tango, del flamenco… Espero yo que el ritmo sea uno solo, con tantas variaciones como se pueda. No puedo vivir en un solo género, ni musical ni literario.

—¿Qué música escuchas cuando estás escribiendo?

Cada novela va buscando su propia banda sonora. En mi novela Horóscopo, por ejemplo, la música es vital. Cuenta la historia del hombre del horóscopo de un diario en crisis, que altera los textos del zodiaco para ganar el amor de una lectora empedernida de horóscopos. Cada capítulo de la novela es un signo zodiacal, y cada capítulo comienza con un epígrafe sonoro, es decir una frase de una canción que hace referencia a los astros, las constelaciones, las estrellas. Están allí Nick Cave, Alabama Shakes, David Bowie, y también Roberta Kelly, con una canción llamada Zodiac, o Soda Stereo con una canción que dice “Signos, mi parte insegura bajo una luna hostil”. Poético y aterrador imaginar mi parte insegura bajo una luna hostil. En todo caso fue una novela con banda sonora, como lo es toda historia de amor. Y cuando escribo tiendo más al viejo cancionero americano, portugués, francés e italiano, pero salvaría del diluvio a Radiohead, Nick Cave, Amy Winehouse, Creedence Clearwater y… a veces más que música busco lugares ruidosos para escribir, pues necesito el sonido del agua que corre, platos y copas chocando, conversación de gente, interrupciones… La razón es que estuve 21 años en una sala de redacción y casi nunca asocio la escritura con el silencio.

—Es verdaderamente un orgullo tener a una mujer tan joven desempeñándose en tantos ámbitos del mundo cultural. A través de la Feria Internacional del Libro de Cali (FIL Cali), la cual es dirigida por ti, se distribuye gran cantidad de literatura para Colombia. ¿Cuál es el impacto de esta labor en la sociedad del país y de Latinoamérica?

Cali es una ciudad con una profunda vocación cultural, cinéfila, teatral, gráfica, dancística, gastronómica, literaria, entre tantas, así en años recientes se le haya asociado con otros referentes. La Feria Internacional del Libro de Cali es un ejemplo perfecto de sinergia entre lo público, lo privado y lo académico. Más de 412.000 personas se acercaron en nuestra más reciente edición, de esta feria sin costo, abierta a todos, y que ocurre once días en el Bulevar del Río, en el corazón de la ciudad, rodeada de árboles, sol, brisa, y atravesada por un río. Hay más de ochocientos invitados y más de ochocientas charlas y conservatorios gratuitos, así que esta es una suerte de universidad abierta que permite acercarse a los autores y pensadores del momento, una fiesta de las ideas. Y que no solo irradia a Cali sino al Valle del Cauca, pues gracias a la Universidad del Valle (Univalle) llegamos con réplicas de la feria a trece municipios del departamento, lugares donde muchas veces no hay librerías. El libro de papel sigue despertando gran emoción entre todas las personas, pues el libro es lo único en la vida que no tiene enemigos. Ciento ocho editoriales y librerías, en el último año pasaron de vender 33.000 libros a 247.000, así que se hace evidente la revitalización del sector editorial luego de pandemia, pues la gente volvió al libro y a su alivio, su refugio, su alimento.

—Es bien sabido que no todos los asistentes a la FIL de Cali son lectores asiduos. ¿Qué podemos hacer para que ellos vean la lectura como una actividad diaria y no como una excepción?

La de Cali es una feria del libro que celebra la neurodiversidad, es decir, que todos leemos distinto y aprendemos distinto y somos distintos, por eso dentro de la programación son muy importantes las charlas sobre espectro autista, Síndrome de Down, dislexia, Tourette, déficit de atención, hiperactividad, entre otras, con invitados y acontecimientos como la visita de Gusti Rosemffet, uno de los mejores ilustradores del mundo, quien el año pasado regaló a la ciudad un mural, en la Biblioteca Departamental, hecho con niños como su hijo Malco, con Síndrome de Down, y niños dentro del espectro autista. Sonaba la música de la Fundación Batuta, la empresa privada se unió con el mayor entusiasmo, Ventolini una heladería local carnetizó a los niños con helado de por vida, y fue una fiesta, en el marco de una feria del libro, donde celebramos que la ilustración, el color, el trazo, el universo de lo visual pero también el encuentro amoroso con otros nos acerca al libro, a la cultura, y por consiguiente a ciudadanías más conscientes.

—Este será tu segundo año como directora. ¿En qué ha evolucionado la feria desde el comienzo de tu gestión? ¿Qué planes tienes para el futuro de la feria?

La feria llevaba seis ediciones cuando llegó por primera vez a las manos de una mujer, y de una caleña. Nos propusimos convertirla en la Guadalajara suramericana, la mejor feria regional de Colombia y, la meta, del continente. Para mí era muy importante que no se tratara de una feria solo para lectores consumados, sino que abriera el espectro hasta alcanzar al mayor número posible de lectores, incluso los que se sienten intimidados por el mundo del libro o les han enseñado que la lectura y la escritura es para otros, no para ellos. La escolaridad tradicional ha hecho daño, ha herido en muchos el espíritu lector, y toda feria debería ser un vehículo de reconciliación con el relato escrito, pero también con el universo ilustrado, y con la oralidad. Cali también necesita espacios de autoestima, donde todos puedan compartir un mismo espacio, para recuperar y estrechar lazos de confianza sin distinciones de edad, género, ideología o estratificación, por eso el concepto de gratuidad en la oferta de charlas es tan importante para nosotros, pues una feria con recursos públicos debe bajar las barreras de acceso y permitir que el libro esté en el horizonte del deseo, que uno se pueda topar con él en la calle, en los parques, en la vida diaria, asociado al disfrute, a la vida comunitaria, a la convivencia y la tranquilidad.

—Entremos a tu faceta de escritora, la cual se inició con una novela basada en tu vida; nada fácil, pues entregarle al público un libro así de personal es como salir desnudo y a la deriva. Cuéntales a tus lectores sobre el proceso creativo de Mi padre y otros accidentes (My father and other accidents).

Un día estaba en el consejo editorial del diario El País, cuando recibí un mensaje de texto de mi madre biológica que decía “tu padre no es el que creíste, es otro, vive en Cali, le acabo de dar tu teléfono y te va a llamar”. El padre que apareció es un piloto, único sobreviviente de un accidente aéreo, y de repente tuve que reconocerme en el rostro de noventa y ocho nuevos familiares y procesar tantos vínculos energéticos que, muchas veces, me dejaban exhausta por su nivel de feliz intensidad.

—¡Increíble lo que me cuentas!

Fue un partirse en dos de mi vida, y un recomenzar a reconocer el rompecabezas al que le faltaban la mitad de las piezas. Un antes y un después existencial. Siempre supe que decantaría en la novela, lo que no imaginé es que mi propia vida fuera el detonante de una carrera literaria. Mi padre y otros accidentes llegó a la tercera edición en tres meses, luego llegó a Planeta Lector y de su mano a los colegios y escuelas de Colombia, y hasta el sol de hoy me sigue dando satisfacciones inmensas, la principal de todo el cariño de los lectores que me escriben o se acercan para contarme su propia historia en torno al padre, la madre, la constelación familiar en desorden. Me he vuelto un confesionario ambulante, y estamos en proceso de llevar al cine una historia que creí solo mía y terminó contando la de muchos. Es la única novela del mundo donde el autor deja un fragmento de su propio ADN expuesto, literalmente, pues hubo que hacer prueba genética de paternidad antes de comprobar que soy 99,999999% hija de Fernando.

—Tu segundo libro, Horóscopo (The Zodiac Man) está en proceso de traducción al italiano. ¿Qué se siente traspasar las barreras del idioma y conquistar el interés de otro mercado?

Horóscopo, mi segunda novela, es una ficción después del peso autobiográfico de mi primera novela. Cuenta la historia de Leonardo, el hombre del horóscopo de un periódico en crisis, que un día decide alterar los textos del zodiaco y manipularlos para crear falsas casualidades y falsas profecías que luego hace cumplir, todo para ganar el amor de Ariana, lectora empedernida de horóscopos. Es una novela sobre el fin de la prensa impresa y un homenaje al papel, a la tinta, y a la sala de redacción. Pero, sobre todo, un elogio al poder de la palabra para crear realidades y modificar el destino. Está siendo traducida al italiano en estos momentos y está siendo llevada al cine por Elefantec Global, una gran empresa productora estadounidense y mexicana. El guion se hizo ya en Argentina y el rodaje, al parecer, se realizará en México, y con la huella de Colombia será orgullosamente una comedia con tintes de erotismo y drama que habla de constelaciones, y todas esas historias que leemos en las estrellas. Porque escribir es conectar. Escribir es constelar.

 

—El mundo de la traducción es tan complejo como fascinante, ¿intercambiaste pareceres con el traductor?

La historia con mi traductora es extraordinaria, ella buscaba una novela en español para su tesis de maestría en traducción, que cursaba en Nápoles, Italia. Giuliana y yo empezamos un proceso de casi tres años con Mi padre y otros accidentes de ida y vuelta, preguntas y respuestas; fue un gran aprendizaje que me enseñó a jamás dar por sentado una palabra o expresión. Nos hicimos grandes amigas, ella tuvo tesis laureada, presentó la novela a editoriales en Italia y fue publicada por CentoAutori. Giuliana vendrá a Cali en octubre, para la Feria Internacional del Libro de Cali, que es del 12 al 22 de octubre. Las amistades literarias son un regalo del universo.

—El periodista trabaja en la urgencia mientras el novelista trabaja con el largo plazo. ¿Cómo convive la Paola periodista con la Paola novelista? ¿Y qué aprende (y qué le envidia) la una a la otra?

La Paola periodista sólo aporta su oficio, es decir la capacidad para sentarse nueve horas a escribir, y la disciplina para entender que la inspiración te debe encontrar trabajando.

—Mi última pregunta. ¿Con qué personaje literario, de cualquier época, te gustaría tener una cita? Cuéntame qué le dirías, de qué hablarían y cómo terminaría el encuentro.

Ni qué pensarlo. Me encontraría con Fernando Pessoa, recorrería con él Portugal, a veces ni siquiera hablaríamos, y en cambio iríamos a recorrer viñedos, a comer Callos a la Manera de Oporto, en Matosinhos, a visitar castillos y a mirar Lisboa con sus casas de muchos colores, como en Lisbon Revisited, que considero el mejor poema escrito para una ciudad natal.

 

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