Hispanic Heritage Literature Organization / Milibrohispano celebra el 1st. Hispanic Heritage Poetry Festival 2018 que tendrá lugar los días 18 y 19 de octubre de 2018 de 5:30 PM a 9:00 PM, en CITYPLACE, Doral, localizado en 8300 NW 36th Street, Doral, FL 33166.
Estamos honrados con la participación de Odalys Interián (La Habana 1968).
Poeta, narradora y crítica. Presidenta y editora de Lyrics & Poetry Editions y miembro de AIPEH Miami (Asociación Internacional de Poetas y Escritores Hispanos). Columnista en la revista poetasyescritoresmiami.com, en la sección: Universo poético. Instructora del Taller de Creación Poética del Centro de Instrucción para la Literatura y el Arte. Tiene varios libros publicados, Respiro Invariable (Extramuros, 2008), Espacio Mínimo (Extramuros 2009) y Nacieron en La Habana(Sur Editores, Ecuador 2009). Ese mar que me vence (Snow fountain 2014). Recopiladora de la antología Equilibrios contrarios(Snow Fountain, 2015). Su obra le ha hecho merecedora de premios nacionales e internacionales: También del concurso La Nota Latina, en la categoría cuento (2013). Premio en el prestigioso Concurso Internacional de poesía Facundo Cabral (2013). Segundo premio en el concurso de cuento La nota Latina (2016). Primera mención en el I Certamen Internacional de Poesía Luis Alberto Ambroggio 2017. Cuarto lugar en el concurso Cuéntale tu cuento a la nota latina 2017. Primer premio en el concurso de Poesía de Miami: “Hacer arte con palabras” 2017. Poemas suyos aparecen publicados en la revista Metaforología y Calle B. Tiene cuentos publicados en la Antología: Todos contamos (Snow Fountain, 2016), Historias que cuentan (Snow Fountain, 2017). Colabora con la revista Nagari publicando cuentos, ensayos, y poesía. Tiene además publicado los libros: Salmo y Blues (Espiral Publishing, 2017) y Sin que te brille Dios (Lyrics & Poetry Editions 2017) Recientemente publicó el libro de ensayos: Acercamiento a la poesía (Lyrics & Poetry Editions 2018).
Poemas del libro Esta palabra mía que tu ordenas
Esta palabra mía que tú ordenas
Esta palabra mía que tú ordenas
estos duelos que caen de la luz
siguen llevándome a tu noche
a ese ruedo infeliz de las nostalgias.
Estoy cerca del júbilo
en esa fraternidad de la palabra
cerca más cerca
esperándote
en la docilidad del fuego
y la escritura.
Amar
como si todo el peso del tiempo
nos moviera la sangre.
Amar como la muerte
cuando besa las rocas
en su profunda memoria sin borrarlas.
Amar con certezas
como se aman las luces más puras sin tocarlas.
Como ama el fuego ese carbón trizado
que lame su entraña innumerable
y el verso las honduras
de abismados silencios
donde busca nacer.
Como se ama la piedad
la llama que va arder
en la cifra apagada de esa música.
Como cuando el verano madura el fruto
en su saciada soledad.
Amar así como náufragos
aferrándose
resistiendo la sed
los soles multiplicados del delirio
los vientos en su duro rumor
la liviandad del agua en su tormenta.
Hiérame aquí
ven
corta ese ramo de luz
andaré ciega.
Tenderé un puente
entre los dos espantos
germinaré
rosa de nadie
bajo ese sol primero
que ordena los silencios.
Nunca diré
por mucho que hable el verso
que corra
que finja
que forje multitudes de laberintos
con tu cara.
Aunque sigas impregnándote
en esa corriente salobre
donde va la luz mitigada y feliz.
Aunque caigamos
en el mismo
abismo
y me sujetes los soles
y rodemos.
Así ardamos en sílabas hundidas
y yo aprenda
y tu aprendas
y me ames
y te ame
y se vuelva inevitable el grito.
Ni así diré.
Viento de mí desgarre
viento que olí
y mordisqué en su ternura.
Viento mío
incesante
desarropándome
tan cerca el amor
tan cerca.
Los pájaros recogiéndome en su huella
la sombra
fingida sombra en su holocausto.
Tú la espiral que abracé
la letra melancólica hollada.
Ritmo de mí
paloma en su nido de fiebre
todo gira en tus ojos
−el viento y yo−
las olivas armoniosas del verano.
Está cayendo de la luz
de los signos
y vuelve a estar de pie en el aire
como volcán hilado por el fuego.
Inconmovible
en cada trazo hirviente del milagro.
Plantado
como el fiero ángel de la melancolía.
Está creciendo el cielo
y esta lluvia
un antojo en su vuelo feliz.
Cayendo de la música
néctar en su hilada blancura
un sol en su piedra de sombra estremecida.
Muero
también muero del amor necesario.
Este hombre es algo más
que un ángel destructor
puede poblarme de letargos.
Cubre y descubre
crece y decrece
se ofrece y cercena.
Como un arcángel plantado ahí
en los catorce versos que escribirá el delirio.
Arrimándome
la rosa de las lluvias
el fruto maduro del aire.
Escucha mi sangre
escucha como se quiebra
bajo el ungüento de caricias.
Muero −me muero−
Este hombre junta las sílabas
sopla y dispone como Dios
otra resurrección.
Pero tú derrumbas el muro
que es después de esta oscuridad.
Y vas en mi ojo
en su hipnótico silencio
en esa regresión unánime
espigado
ofrendándote.
El sol se abrió para nutrir tu boca
las buenas luces
en sus eternidades.
Cúrame
dame el maná
dame la flor azul
Amor el signo con que escribe la muerte.
Tu acierto fue amarme
cuando la luz
en su desgaje infeliz
cortaba de un tajo los inviernos
y yo era la sed
lo lamido por el fuego
y la memoria.
Te esperaba mi sangre
acudían mis gaviotas a ese llamado.
Tú eras la fuerza
lo bendito amparándome de mí
de los infiernos que hay en las soledades.
Tu acierto fue adivinarme
bajo el escombro
y el rocío
bajo la fría lápida del miedo.
Te esperaba mi temblor
ese pacífico vaivén de aves y palabras.
Fue lo abierto de tu mano
y la ternura recogiéndome
trayendo al amor
lo domado aliviando las heridas
esa desazón con que la muerte premia.
Deletrea el signo
y nómbrame.
Ardo en las sombras
intratable
en lo salvaje de la luz
amotinada.
Trae ese desvarío
lo minado en su sed
lo impuro que mueve la sangre.
Ahora soy un animal
en su abierto deseo
cruzo la hoguera inmensa
de la noche
doblando su espejismo.
Ahora soy la irrealidad
un cuenco vacío de esperanza.