Colaboraciones Concursos y certámenes literarios Creación literaria

Anécdota Navideña – Hilvanando Navidades – Aníbal Santoro

Hilvanando Navidades

Así, como si fuese con aguja e hilo, he venido hilvanando años en mi vida, uniendo esos momentos en los que el hilo no se ve junto a esos otros en los que vuelve a aparecer. 

En cada nuevo hoy, reparo en que lo importante ha sido la tensión del hilo. Tensión que no es otra cosa más que mis sentimientos ante los diferentes eventos que voy viviendo.

Como sucede con muchas personas, no todo fue bueno en mi vida. Sin embargo, quise que en tiempos de Navidad la vida me viera sonreírle.

Para lograrlo, le envié mis medidas a una tienda de disfraces. 

Sí. Quise ser Papá Noel para mis hijos. 

Sin pretender que sucediera, nació una costumbre, una inocente tradición familiar que nos ha acompañado por más de treinta años.

En este hilvanado buscando equilibrio en cada puntada, la esperanza anidaba en mi ser cada vez que veía una sonrisa en el rostro de cada uno de mis hijos.

– ¡Ho-Ho-Ho! ¡Feliz Navidad!

Esas eran mis palabras, expresadas en voz lo suficientemente alta como para que hasta los vecinos se percataran de que algo pasaba.

Me salía de la casa, a escondidas. Luego, desde afuera, con mi mano hacía tañer una campana de bronce al tiempo que volvía a entonar mi “¡Ho-Ho-Ho! ¡Feliz Navidad!”.

Lo que seguía era lo mismo y, a la vez, diferente cada Navidad.

Abría mi bolsa de regalos, que cada familiar y amigo que asistía a la cita se había encargado de rellenar, e iba alimentando una ilusión haciendo que “Santa” (así me llamaban) dijera su nombre. 

– ¡Gracias Santa!

Con el tiempo, mi sonrisa a la vida no sólo fue para mi círculo íntimo y cercano, pues venían familiares y vecinos a visitarnos en la Nochebuena.

Un día, uno de esos en que las cosas no estaban siendo tan felices, este “Santa” se atrevió a pedirle permiso a la gerencia de un centro comercial para que me permitieran disfrazarme en un baño con el fin de aparecer frente a mis hijas en el patio de comidas mientras ellas comían hamburguesas.

Al verme, vinieron corriendo a abrazarme, o a “Santa”, o a ambos.

Los regalos eran lo de menos, porque el regalo era que “Santa” no había faltado a su cita y su esperanza seguía intacta.

Navidades. Tradición. Un hilvanado que hace a una vida que quiso y quiere dar esperanza, sonrisas y emoción.

Aníbal Santoro

https://www.facebook.com/DrAnibalSantoro

https://www.instagram.com/DrAnibalSantoro

#anecdotas #milibrohispano #tradiciones #hispanidad