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Anécdota Navideña – María del Pilar García


MEMORIAS NAVIDEÑAS

Las navidades de mi niñez eran especiales. Cada que pedía algo “El niño
Dios”; como le decían en la familia y en mi época de niña me traía solo una
muda de vestir y un juguete. Cuando tenía 7 años, llegó la época de
navidad. Mis padres siempre se iban y nos decían que iban a hacer
diligencias o el mercado. En realidad se iban a buscar los regalos para
todos. Mis abuelos se quedaban con nosotros cuidándonos. Mis
hermanos y yo creíamos que el 24 de diciembre, el niño Jesús venía y por
un hueco entraba los regalos y los dejaba en la cama de cada uno.
La noche de navidad todos nos acostamos y yo me hice la que dormía. En
realidad quería ver al niño Jesús traer los regalos de navidad. Tal fue mi
sorpresa que cuando eran pasadas las 12:00 vi cuando mi madre entró y
puso los regalos en la cama de cada uno de mis hermanos. También
cuando puso sobre mi cama la primera muñeca que tuve de niña. Esta
muñeca era muy especial, ella caminaba si se le tomaba la mano y era
casi de mi tamaño. Así que parecía mi hermana pequeña.
AL otro día cuando nos levantamos todos jugamos con nuestros juguetes y
mi madre dijo que el niño Dios había trabajado muy duro para lograr
traernos a todos los regalos. Pensé para mi, no le diré nada pues me iba a
regañar si se enteraba que yo no estaba dormida la noche de Navidad.
Solo entendí y seguí creyendo que de alguna forma el niño Jesús ayudaba
a mis padres a conseguir para darnos los regalos de navidad.
Siempre había pensado que el día que fuera madre, iba a tratar de
mantener el secreto a mis hijos. Así lo hice. Mi esposo y yo celebrábamos
la navidad de la misma forma; solo que añadimos al famoso “Papá Noel”.
Una navidad mis hijos tenían 5 y 3 años. Mi hijo mayor había pedido una
bicicleta de regalo de navidad. Hicimos la carta para Santa y el niño Dios.
Les dijimos que cualquiera de los dos iba a traerles los regalos de navidad.
Que papá Noel venía en un carruaje y el niño Jesús era muy bebé y le

quedaba difícil venir solo. Que él se comunicaba con papá Noel y le
entregaba los regalos para que los repartiera.
En la noche de navidad durante la novena, tuvimos al papá Noel. Mi
esposo se disfrazó y quedó como un verdadero papá Noel. Los regalos
que habían traído algunas amistades estaban en el árbol de navidad y
cerca la pesebre. Mi hijo George; el mayor, se percató de que su padre no
estaba por ahí en la entrega de los regalos. Miro muy cuidadosamente a
Santa y me dijo: “ese no es papá Noel de verdad, ese es mi papá”. Yo le
dije:
Es Santa, “ Mírale la barba y habla muy fuerte”. Tu papá salió a comprar
unos refrescos. El lo miró cuidadosamente y seguía con su duda.
Mis hijos y los demás niños celebraron recibiendo sus regalos tan
deseados. Cuando ya se había terminado la entrega de regalos, le dijimos
a mis hijos que había una bolsa afuera con más regalos. Salieron
corriendo para ver. Ellos estaban tan emocionados con sus bicicletas que
no le pusieron atención más a papá Noel. Mi esposo aprovechó para
cambiarse y hacer creer que él no había sido Santa Claus.
Mis hijos y todos celebraron con sus regalos sorpresa y sigo sin olvidar
esta anécdota que me hace recordar mi infancia y la de mis hijos.

María del Pilar García

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