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Estructura del cuento Las ruinas circulares de Jorge Luis Borges


Estructura del cuento Las ruinas circulares de Jorge Luis Borges[1]

Por Danilo López-Román

En Las ruinas circulares Borges utiliza dos éxitos técnicos para transmitir su historia: a) una serie de figuras poéticas en prosa que hace que un tema intrincado y complejo sea atractivo para el lector; y b) una inversión de la clásica pirámide de Freytag para aumentar el impacto del final de la historia.

El Eterno Retorno

La circularidad del tiempo (y la doctrina del eterno retorno proclamada por Friedrich Nietzsche en Así Habló Zaratustra) es un tema recurrente en la ficción de Borges. Así lo dice claramente en la página 127 del texto inglés: «Porque lo que había sucedido muchos siglos antes se estaba repitiendo». La complejidad del tema se ve suavizada por la prosa poética que Borges utiliza a lo largo del texto. Una forma en que logra esto es mediante el uso de adjetivos calificativos para muchos de los sustantivos en la historia: La noche no es solo la noche, sino «la noche unánime». El barro es «el barro sagrado». El hombre es «el hombre gris». Estos tres calificativos transmiten una sensación de amplitud oscura (la noche), la sacralidad del lugar al que llegó el hombre, y al hombre desconocido, misterioso y cubierto de barro que los habitantes observan y temen. Los árboles son «incesantes», un pájaro emite «un grito inconsolable», y las hojas son «desconocidas». También utiliza muchos símiles: «nubes de estudiantes taciturnos», «repechó la ribera» o chested, no solo la trepó, sino que abrió un camino con su pecho lacerado. El hombre salió de su sueño «como si de un desierto viscoso». Hay alusiones como: se dio cuenta de la dificultad de su tarea que era más complicada «que tejer una cuerda de arena o acuñar el viento sin rostro». «Una remota nube, ligera como un pájaro». Hay personificación: «derrochado por su delirio», «el Adán de los sueños forjado por las noches del mago». «El fuego concéntrico lamiendo las paredes».

La magistral prosa poética de Borges

La prosa poética también se manifiesta en la ambientación, el estado de ánimo y el tono de la historia. El lugar es antiguo y sagrado, es oscuro y vasto. El culto y símbolo del fuego también está presente: es el mismo fuego que destruye los templos e ilumina la horrible verdad. Es el fuego de la redención y la purificación. Los sueños son una indicación de que no sabemos nada, de que somos ilusión. La paradoja también está presente: la realidad y la ilusión, el tiempo y la eternidad, la vida y la muerte o «las polaridades cósmicas que conforman nuestra existencia».

 

Borges rompe la estructura tradicional del cuento

 

Una pirámide típica de Freytag sería la siguiente: En el acto I de la historia, se da la configuración o setup (un hombre llega a las ruinas circulares y tiene una misión que cumplir). La ambientación o mood es mágica, misteriosa, antigua, onírica, caótica. El incidente provocador o inciting incident, es la dura llegada del hombre. El objetivo (y el problema) es «quería soñar con un hombre». Los personajes son presentados aquí, el mago y los discípulos. El punto de inflexión o turning point es cuando los sueños caóticos dan paso a los «dialécticos». En el acto II, el hombre se enfrenta a barreras, se percata de que no puede trabajar con los estudiantes que tiene. Se complica aún más por el hecho de que no puede soñar, hasta que elige «un niño taciturno» (triunfo temporal). Entonces sucede la reversión:  «se produjo una catástrofe» con la «lucidez intolerable del insomnio». Este es el momento oscuro. Entonces se produce el punto de inflexión cuando «soñó casi de inmediato». El acto III comienza cuando el obstáculo final es derribado y el hombre sueña con su hijo, órgano por órgano, y lo lleva a la realidad. En el clímax, el fuego del Norte ataca las ruinas. Hasta aquí Borges ha seguido la pirámide. Pero cuando llega el final, la resolución, el objetivo del hombre se ha logrado, pero al mismo tiempo hay una derrota: se da cuenta de que también él es un simulacro de hombre, soñado por otro, que podría ser soñado por otro y así sucesivamente ad infinitum. Logrado o no, el objetivo no conduce a un nuevo orden de las cosas, al orden, a la estasis, conduce al caos, a la sorpresa, a la desesperación y a conflicto cósmico. Borges ha invertido la pirámide: la calma está al principio, el caos al final.

Elemento de ficción

Elementos de ficción en Las ruinas circulares

Trama Un hombre, un mago, llega a un lugar desconocido y misterioso con ruinas circulares. Él tiene la intención de soñar con crear a su hijo. Después de muchas noches y pruebas y estudiantes, logra crear un hijo a partir de sueños. El mago finalmente envía a su hijo al mundo. Un día un incendio avanza por el lugar y destruye el templo de nuevo. El mago acepta su muerte y entra en el fuego, sólo para descubrir que es inmune a él, que también él es una creación soñada por otro mago.
Personajes El mago, los estudiantes, su hijo.
Ambiente Un entorno de origen persa en la antigüedad.
Punto de Vista Tercera persona, narrador omnisciente.
Estilo Prosa poética, inglés alto, alegórico, erudito.
Tema Arquetípico: la circularidad del tiempo, el eterno retorno, cómo todo es ilusión, la naturaleza de la realidad.

 

Póster inspirado por el cuento «Las Ruinas Circulares», de Jorge Luis Borges. Junín, Buenos Aires, AR. El póster fue creado aproximadamente siete años después de la publicación del cuento y veinte y cinco años después del fallecimiento de Borges.
Autor: Ricardo F. Garbini – https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Las_ruinas_circulares_-_Fan_art_by_Ricardo_Garbini.jpg

[1]Empecé a leer la versión en inglés, pero, como mi familiaridad con la versión en español es innegable, empecé a comparar el original con la traducción. Después de unas pocas líneas varias pistas me dijeron que la riqueza y la precisión del original se vio empañada. En solo las primeras doce líneas encontré cuatro «inexactitudes» que considero clave para dar sentido al texto: 1) el texto original dice «infinitas aldeas» y la traducción dice «pueblos innumerables» (innumerables, innumerables), pero infinito da un sentido más preciso de los muchos que se vuelven sin rostro en número y apariencia. Infinito es un número más parecido al sentido del tiempo que Borges suele transmitir en sus historias. 2) el original dice «en el flanco violento de la montaña» y la traducción dice, «en el lado profundamente hendido de la montaña». Una traducción más precisa diría violento, no hendido (hundido, partido) como una alusión a la fuerza del viento (barlovento en oposición a sotavento) en ese lado de la montaña y los habitantes endurecidos que hablaban zend (un antiguo dialecto persa que se cree que el propio Zaratustra usó para escribir sus himnos sagrados de Gathas) mucho antes de que la cultura griega llegara a florecer. 3) el original dice «que tuvo alguna vez el color del fuego» y la traducción dice, «que a veces era el color de la llama». Una traducción más precisa diría «que un día tuvo el color del fuego» o «que hace tiempo», de lo contrario se entiende que las ruinas tienen el color de la llama unas veces y otras no. 4) Una diferencia crítica está en la versión original «ese redondel es un templo» ―en tiempo presente―, donde la traducción cambia a pasado «el círculo era un templo», destruyendo la permanencia de las ruinas estructurales frente a la impermanencia del visitante. Después de eso me detuve y decidí usar la versión en español. También existe la típica confusión de «principio» con «principal» (página 126) cuando se refiere a los órganos.