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La receta preferida de Maritza Gueler: ¡Bolitas de zanahoria!

La receta preferida de Maritza Gueler: ¡Bolitas de zanahoria!

Por Maritza Gueler

La OMS recomienda su consumo por la cantidad de vitaminas y minerales, hasta el punto de considerarla como prioritaria en la dieta.

“¡La zanahoria es muy buena!”, decía mi mamá, y ni bien llegaba de la escuela me preparaba un licuado de zanahorias delicioso. ¡Y no podía decir que no!

Hasta que un domingo de lluvia se le ocurrió que las dos tomáramos las riendas de la cocina y nos pusiéramos a preparar unas bolitas de zanahoria. ¡Nunca nos divertimos tanto! La cocina quedó llena de coco por todos lados, la mesada anaranjada, nuestros dedos también, y las dos terminamos con bigotes blancos relamiéndonos el coco.

Mientras las preparábamos, mamá no perdía oportunidad de repetir que la zanahoria tenía mucha vitamina A, que era buena para los ojos y que, después de comerla iba a tener una vista de lince. También decía que era buena para el cerebro, que te hacía más inteligente, que mejoraba los dientes porque tenía flúor. Y que, además, eran ricas en potasio y fósforo. Con todo eso, yo ya me sentía “la mujer maravilla”.

Lo cierto es que la zanahoria es un clásico de la cocina y forma parte del grupo de alimentos con más beneficios para nuestra salud. La OMS recomienda su consumo por la cantidad de vitaminas y minerales, hasta el punto de considerarla como prioritaria en la dieta.

La cuestión fue que, desde que aprendí a hacer esas bolitas de zanahoria, se convirtieron en uno de mis postres favoritos. Las llevaba a la escuela, convidaba a mis amigas, que también se habían hecho fanáticas, y hasta Tupac, mi perro, esperaba ansioso que sobrara alguna.

Esta es la receta que hacíamos con mamá. Sin horno, sin harina y en solo 15 minutos. No podía ser más simple. Primero había que juntar los ingredientes, como siempre se hace con las recetas. Con estas cantidades pueden salir alrededor de 18 o 20 bolitas de zanahoria, según el tamaño.

Ingredientes:

  • 3/4 taza de zanahoria rallada
  • 6 dátiles
  • 1/2 taza de coco rallado (para la pasta que haremos) Si no te gusta el coco se puede reemplazar por nueces o almendras molidas.
  • 1/4 taza de coco rallado (para el final)
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 1 cucharadita de canela en polvo o clavo de olor en polvo (según prefieras)
  • 1/4 taza de miel (por si te gusta muy dulce)

¡Manos a la obra!

Ponemos las zanahorias ralladas, los dátiles descarozados, la media taza de coco rallado, la esencia de vainilla y la canela o el clavo de olor, y los mezclamos a todos en un procesador de alimentos.

Cuando ya se hizo una pasta, formamos bolitas con las palmas de las manos y las hacemos rodar en un plato donde pusimos el resto del coco rallado que teníamos reservado, 1/4 taza. En el caso de usar nueces o almendras, tienen que estar picadas ni muy gruesas ni muy finas.

La guardamos en un recipiente o en un plato y las ponemos en el refrigerador por un par de horas. Y luego, ¡a comerlas!

 


Sobre la autora:

Maritza Gueler: escritora, periodista, editora y autora de libros para niños.

@maritzaguelerbook

maritzaguelerbooks@gmail.com